Conclusiones de mi trabajo titulado: Situación
de las mujeres musulmanas y del feminismo islámico en Irán, España y Turquía
El feminismo musulmán establece claramente que las
mujeres no han sido víctimas de su religión sino por parte del sistema
patriarcal que se ha encargado de interpretar los significados religiosos. Esta
postura es la que hace al movimiento diferente a los demás feminismos,
especialmente el de Occidente. No se puede categorizar el feminismo musulmán
como uno de índole homogéneo, ya que se ha ido desarrollando según las
particularidades de cada país. Estas experiencias deben servir para fortalecer
el movimiento de forma internacional.
El mundo occidental puede ver a la mujer musulmana
diferente en su forma de vestirse, de ver el mundo, creencias y mentalidad,
pero para no pecar de etnocentrismo debe reconocerle el derecho a la diferencia
y a la libertad de elección. Las feministas occidentales han criticado el
feminismo musulmán ya que entienden que la religión ha sido el mayor opresor de
las mujeres. Por tal motivo, ellas creen que es una contradicción este
movimiento. Las feministas musulmanas deben enfocar a estudiar las críticas
constructivas para su fortalecimiento, pero sin dejar a un lado que sus
derechos deben ir por encima a cualquier idea. Esta búsqueda de igualdad debe
sustentarse en lo que ellas propiamente entienden qué es lo correcto, sin
amedrentar sus creencias ni la de las demás personas.
Al movimiento feminista musulmán le queda mucho por
hacer, especialmente en Irán, donde culturalmente y legalmente se ve muy
marcada la desigualdad de género. Pero no es momento de echar culpas, sino de
actuar. Para poder lograr las metas de la igualdad deben enfatizar en la
educación, que es la base de la sociedad. Debe ser una enseñanza basada en su
realidad pero que busque la equidad de género desde los grados más pequeños. Además,
deben continuar identificando las herramientas viables para alcanzar una
sociedad más justa. El movimiento además de seguir trabajando para llegar a más
mujeres musulmanas, que en gran medida son la transmisora de la fe y la
cultura, debe buscar integrar hombres. De este modo, fortalecería en gran
medida su búsqueda de la igualdad.
Un movimiento feminista fortalecido a nivel mundial
sería aquél que se nutre de las diferentes luchas de mujeres. Se ha visto su
integración en congresos, como los celebrados en España. Además, gracias a la
acción de feministas musulmanas ha habido algún acercamiento al de Occidente,
como quedó demostrado a través de las diversas publicaciones de la revista Zanan. Esta relación debe continuar
creciendo para que ambos movimientos se fortalezcan y, sobretodo, se nutran
mutuamente.
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